La corrupción empobrece a El Salvador



Una definición general de la corrupción es la utilización o abuso de un cargo público en beneficio propio (Tanzi, 1998, Kauffman, 1997). Por su parte, Van Klaveren (1990) define la corrupción como la utilización de cargos públicos como una plataforma para obtener ingresos ilegales.
La corrupción es un mal eterno que afecto a las personas que necesariamente no están implicadas en dicho acto, hasta que se descubre tal situación. Me refiero que la corrupción no es corrupción hasta que se descubre. Casualmente, El Salvador pertenece a la región más desigual del mundo; desigual en su discurso social, en las políticas públicas, en la distribución y descentralización de las riquezas, la conversión de la moneda local, el impuso social, acceso a la educación universal, la asignación y reconocimiento de derechos humanos fundamentales y otras plagas y males mas como la evasión y elusión fiscal.

“Recientemente OXFAM El Salvador junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentaron el informe Tributación para un Crecimiento Inclusivo, en el que señalan datos escandalosos en temas como la desigualdad, concentración de riqueza en pocas manos y los mecanismos de evasión y elusión que tanto afecta a países pobres como El Salvador”

“El informe arroja datos desconcertantes, por ejemplo señala que para el año 2014 el 10% más rico de la población de América Latina había amasado el 71% de la riqueza de la región. Dicho informe también señala que el costo de la evasión fiscal (6.3% PIB) es mayor que el gasto público para inversión (4.5% PIB)”. 

El impacto de la corrupción en El Salvador afecta directamente en los siguientes patrones y aspectos: Impacto sobre la inversión y el crecimiento económico, Impacto sobre la eficiencia económica, Impacto como impuesto oculto, Impacto en la asignación del gasto público.

En general, se pueden resumir las siguientes consecuencias de la corrupción, en tantos impactos económicos adversos:
  •  reducción de los incentivos a invertir ya que el grado de corrupción actúa como un impuesto oculto. Por esta vía habría un menor crecimiento económico,
  • produce un desvío de recursos humanos altamente calificados hacia actividades buscadoras de rentas en vez de actividades definidamente productivas. El costo de oportunidad de las actividades corrompibles se muestra más alto que las productivas,
  • podría reducir la efectividad de las flujos de ayuda por el desvío de recursos de su asignación inicial,
  • puede afectar la recaudación fiscal cuando toma la forma de evasión fiscal o cuando hay un uso inapropiado de la discrecionalidad en el otorgamiento de exoneraciones tributarias,
  • la existencia de corrupción en las licitaciones públicas puede sesgar la aprobación de ellas hacia obras de menor calidad con la secuela de dicha decisión: accidentes, desastres, mayor necesidad de mantenimiento, etc.,
  • la corrupción puede alterar la composición del gasto público, orientándolo hacia aquellas actividades generadoras de sobornos. En el caso de los hospitales, por ejemplo, se privilegiaría la construcción y aprovisionamiento de insumos y equipamiento antes que producir mejoras en las remuneraciones del personal de salud.


La corrupción es una acción ilegitima que genera costos enormes a la sociedad.   Al existir concentración total del poder se propician los actos ilícitos como la corrupción, evasión, elusión y sobornos. Si el poder no se contempla de manera total, cuando las instituciones disponen de mecanismo de investigación y sanción, en los momentos que la ciudadanía conoce de actos de corrupción es más fácil definir un rumbo de desarrollo y producción para el país.

Los resultados para América Latina y el Caribe en el IPC 2014 expresan que aunque los contextos y efectos particulares que tiene la corrupción en cada país son diferentes, permanece una alarmante percepción de que las acciones desarrolladas hasta ahora para su combate no están rindiendo los resultados esperados. Idéntica interpretación surge al analizar los resultados que obtuvieron los países de Centroamérica: con excepción de Nicaragua, que mantiene la misma puntuación del 2013, el resto de países refleja un leve aumento en su calificación. Costa Rica y El Salvador aumentaron su nota en un punto, Panamá en dos, mientras que Guatemala y Honduras lo hicieron con tres. 





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