La generación del 92: ¿Paz o crisis en El Salvador?

A 23 años de la firma de los acuerdos de paz en El Salvador, firmado por las que ahora son las dos principales fuerzas político partidarias del país. Se siente claramente que en nuestro pulgarcito de América pasó de un Conflicto Armado formal a un Conflicto Armado no formal (entre Pandillas y Fuerza de Seguridad). Con una taza de asesinatos epidémicos, agudo desempleo y subempleo, una población polarizada por el partidismo y fanatismo, mala distribución de recursos, concentración de la riqueza y conflicto Institucional entre los Órganos del Gobierno por poder e interés personal o grupal.   Claro está que esto es solo “la cereza en el pastel”.

Atravesamos en un proceso de transición ideológico, se está conformando una “nueva élite económica” conformada por personas que no ostentan apellidos tipo “trabalenguas”. Es esta nueva élite económica la que entra en disputa con las tradicionales élites económicas del país. Entonces, ante una nueva calamidad Estatal; somos la población salvadoreña la que más afectada, golpeada e ignorada resulta. Mientras las cúpulas de poder partidario y económico entran en conflicto y lucha de intereses en la palestra pública, en lo privado se reparten los majares del Gobierno, País, Recursos y Nación como un  “festín” donde ni usted ni yo somos, ni seremos, ni se nos invitará.   Pero si nos auto invitamos se nos empezará a atacar, criticar y expulsar.

¿Parece ser que no somos de El Salvador? A esto surge otra pregunta, ¿Qué se hace como población salvadoreña ante una calamidad, crisis, conflicto o injusticia? O mejor dicho ¿Qué hace usted y yo al respecto? Podrá ser que nada, poco o mucho. De algo estaremos de acuerdo; que históricamente a la clase opresora (Instituciones, Corporaciones, Grupos o personas) les conviene tenernos divididos “Divide y vencerás”.

Yo nací en el año de 1992, soy de la generación del 92, como buena parte de mis amigos y amigas de Organizaciones Juveniles. Generación instrumentalizada, dormida y explotada. Conviene estar así para las cúpulas partidarias principalmente. Porque al estar “despiertos como personas jóvenes” realmente podremos transformar el país. El reproche constante que escucho de personas adultas sobre las generaciones que nacimos después del 92 es “Ustedes no han vivido la Guerra”. Me pregunto ¿Será que vivimos en el país de nunca jamás o el país de las maravillas?, un país donde el simple hecho de ser joven es un delito; por hablar, pensar  y actuar “diferente”, donde te matan por ser joven, te discriminan por ser joven, te violentan pandillas, policías, militares y funcionarios del Gobierno, ¿No será acaso una Guerra?.

Entonces somos la generación del 92 (y me refiero a quienes hemos nacido desde el 92 a la actualidad principalmente), “la generación de la paz” la que debemos esforzarnos por hacernos ver, sentir, escuchar, vivir y sobrevivir. Y un reto que aún ignoramos: sacar este país adelante y transformarlo.  Tarde o temprano despertaremos y gobernaremos el país. Este país que no está preparado para ser gobernado por personas jóvenes en su mayoría, por la simple razón; la clase partidaria tiene temor que seamos esa generación que proyecte y logre la transformación real de El Salvador.