Yo nesciente
Como es rutinario en
los sectores populosos; hoy encontré personas predicando las “buenas nuevas”
aclaro que no son ni tan buenas ni tan nuevas. Sí, hablo de los
evangelizadores, los que promueven la
religión de los pequeños para empequeñecerles.
Uno del tanto se acercó
a mí y amablemente me pidió unos minutos de mi tiempo, acepté, siempre es bueno
escucharles, ayudan a confirmar nuestra apatía por ese tipo de cosas. Abrió el
coloquio con una pregunta directa, de la cual dependía su impresión, por lo
general siempre formulan sus preguntas concordantes a lo que esperan escuchar, ¿Es usted cristiano? –No, le respondí
sonriente. Sugiero leer sobre el significado del cristiano y cristianismo ya
que no puedo ahondar en los temas por que no es el punto de mi exposición. Con
asombro hizo otra pregunta, ¡¿Pero conoce
de Jesús?! ¡Vamos todos conocemos un poco! Lo que han considerado necesario
que conozcamos de él. –Quiero hablarle de
él continuó… Diciéndome el mismo
discurso repleto de pleonasmos y anacronismos, centrándose en la salvación,
algo que aun no encuentro su esencia sino ¿Cuál es nuestro propósito en la
tierra? ¿Por qué desvirtuarnos tanto con tales ideas? ¿Vida después de la
muerte? Cuestione esto, no tienen las respuestas que nos hacen creer… ¡Para
ellos es un placer sufrir acá por que algún día festejaran al lado de su Dios!
Por favor, despertemos de esto amigos.
Regresando al punto, me
pareció curioso su moral dependiente carga
sus leyes en la mano, incumpliéndolas, esto por ignorancia, o conveniencia. ¡Seguidores
de la moral esclavista! Podemos forjar nuestros valores independientemente de
“recompensas divinas” ¿Son buenos por que un par de textos manipulados
presentándose como la palabra de un dictador lo expresan así? Vivir en
la finitud; esto les hace falta. Me califico “desconocedor” ofreciéndome
seguir una oración de salvación, ¡lo único que necesitamos es salvarnos de
ellos! ¿Lo hizo en acto de buena fe como ellos le llaman? ¡No! Están obligados
totalmente junto a sus mentes esclavizadas a “predicar las buenas nuevas” por
temor a lo que creen. Conozco no
creyentes con muchos más valores que este tipo de cristianos seudo-humanistas,
personas altruistas, verdaderos humanistas, inquilinos de los lugares mas
recónditos, esos que aclaman ayuda, no lo hacen por deporte, no esperan nada a
cambio, solo viven en la finitud sin
temores, sin represalias divinas, no creen por que les hace sentir y estar
bien, por que dejan de estar esclavizados ¡Liberan lo mejor de sí! Esos son los
tipos de personas que necesitamos. ¿Yo nesciente por no conocer de Jesús? ¿Por
no aceptar a su Dios? Tíldame la gente como el peor de los seres humanos por
ello. Pero ellos hacen todas esas cosas desastrosas de la vida, luego, caminan
de rodillas pidiendo perdón y consideran ser mejores, ¡Somos salvos!, presumen,
consideran ser los aptos para hablarnos del Nuevo Mundo. ¡Nescientes! Ellos son
los nescientes…
Autor: Jesús Pérez.
Estudiante en la Universidad de El Salvador.
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