Cuento de hadas: el cuarteto del poder
El espectro político está conformado por la diversidad de actores con
poder político, poder económico y poder mediático. También existe otro poder
que se encuentra en "estado princesa", me refiero al poder social; ya
que, está esperando tranquilamente a que "llegue su príncipe" para
despertar por el "beso mágico". Al determinar "estado
princesa" no se debe entender despectivamente, es en relación a un
análisis socio político.
Antagónicamente se han disputado en el plano público los poderes
políticos y económicos. Ahora se integra otro y forman "la trilogía del
poder", es en tal sentido; el poder mediático. En estos casos el poder
social es simplemente espectador o lector del cuento de hadas. No hay un papel
preponderante, protagónica y decisivo en las propuestas públicas para
garantizar soluciones básicas a problemas críticos en El Salvador. Esto es el
desarrollo público del cuento, ya que los actores antes de salir en escena se
coordinan para que la historia genere interés e impacto. En otra palabra: los poderes
se ponen de acuerdo secretamente para siempre ganar. Al final, la principal
repercusión se traslada al pueblo salvadoreño. Esto suele ocurrir en varios
aspectos cotidianos; capturas a delincuentes, ex funcionarios públicos,
sacerdotes y personalidades que les generaran vender la noticia. Una noticia
que no venda no es noticia.
¿Porque cuando salen personalidades de la farándula artística
salvadoreña poco o nada de relevancia genera al espectador? simplemente porque
entre llenas no pueden devorarse por más que quieran. Entre los animales
carnívoros como los leones, lobos, llenas, chitas, zopilotes y coyotes; unos
son más voraces que otros, y otros más traicioneros y vividores que otros, unos
necesitan a un equipo, otros trabajar a solas, pero al final muerden. Refiriéndome
a los cuatro poderes puedo catalogar en primer momento que el león es el
gobierno ejecutivo, el gobierno judicial son los lobos, el gobierno
legislativo los zopilotes; entre ellos no pueden convivir pero o se creen los
reyes, solo aúllan de lejos o simplemente se aprovechan de lo muerto. Algunos
medios de comunicación las hienas, la sociedad civil el chita y algunas
empresas los coyotes. Claro, no debo generalizar pero en su concentración estas
figuras que apocan a las personas con principios y centradas en el bien
común.
Un ejemplo práctico es el sistema judicial salvadoreño que ha mostrado prácticas
de investigación con un nivel regular. Si contrastamos éste enunciado con la
aplicación de dictamen lo valoro malo. Aclaro, siempre que se esté realizando
un juicio a algún personaje del cuento de hadas: político, económico y o
mediático. Si esto se aplica a un simple mortal de la sociedad se le sentencia
con la más alta condena judicial. Por citar algunos sucesos que se conocen en
la palestra social: presentadores de medios implicados con la trata de mujeres,
funcionarios y funcionarias públicas involucrados en narcotráfico,
corrupción, enriquecimientos ilegales, (...) Empresarios y empresarias que
evaden impuestos, (...). Mientras la sociedad lee el cuento de hada, nos
quedamos sin "palomitas simples".
Es este cuento el cual nos está consumiendo, se nos están terminando los
lectores, lectoras y espectadoras, porque ahora ni con manzanas nos convencen,
muchas veces solo con pociones mágicas. Si la represión gubernamental se sigue
agudizando ya no necesitaremos de organizaciones sociales para incidir, ya que
será tal el descontento que proximamente se verá en actuación el poder
social, como décadas atrás. En El Salvador no necesitamos príncipes, princesas
ni vestías legendarias, mucho menos manzanas, palomitas y pociones mágicas, se
necesitan liderazgos sociales, personas con visión y optimización de recursos,
porque dinero hay, pero cuando se buscan las riquezas se deja a un país pobre
por décadas.
Concluyo a partir de mi artículo que el cuarto poder no son
necesariamente los medios de comunicación, pero un poder es "el poder
social".
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